Fiesta Mayor de Lleida
Lleida celebra su fiesta mayor el día 11 de mayo, en honor del patrón de la Ciudad, San Anastasi. Esta festividad fue instituida el 9 de mayo de 1627, día que se votó en la Seu Vella, mediante juramento solemne efectuado por el Cabildo catedralicio y por los “paers”, de celebrar fiesta el día 11 de mayo en honor de San Anastasio (Sant Anastasi), hijo, patrón y protector de la Ciudad.
La Fiesta Mayor de Lleida nació el año 1627. Aquel primer año, la celebración se solemnizó con diversos actos, entre los días 10 y 12 de mayo, tanto de tipo cívico como religioso, en honor al patrón: una llamada o pregón para anunciar la fiesta, el oficio matinal y la procesión del santo, la tarde del día 11, los fuegos artificiales y otros. Algunos de estos actos aún se celebran hoy en día.
Inicialmente, ésta era una de las varias fiestas votadas que tenía la ciudad de Lleida (como lo eran, por ejemplo, las de San Sebastián, la Natividad de María, Santa Cecilia, La Purísima Concepción, etc.)
Es a lo largo del siglo XVIII que la fiesta de San Anastasio toma el cariz de Fiesta Mayor de Lleida, destacada por encima de las otras, hasta el punto de desaparecer algunas a lo largo del siglo XIX o al menos disminuir la celebración cívica y popular.
La fiesta contemporánea, tal y como la entendemos actualmente, se desarrolla durante el último tercio del siglo XIX, cuando el Ayuntamiento, primero de una manera más vacilante y después con decisión, asume los actos del programa de la fiesta.
Es en ese momento cuando se empiezan a editar los programas y carteles que la anuncian. Si bien el Ayuntamiento podía asumir la organización de algunos actos (sobre todo los más protocolarios y ceremoniales), otros eran organizados por las distintas instituciones y entidades ciudadanas como las parroquias, los gremios o las asociaciones de tipo cívico, algunas actividades incluso tenían un cierto carácter privado (como es el caso de los bailes en sociedad en locales particulares).
La Fiesta Mayor de San Anastasio se ha ido gestando a lo largo de los últimos siglos sobre una estructura ceremonial que se ha mantenido bastante inalterada. Este esqueleto lo conforman dos ejes: la llamada pública o Pregón que anuncia la fiesta por las calles de la ciudad y los actos en honor al patrón, el día 11 de mayo.
En esta estructura festiva las comparsas, los bailes y los entremeses siempre han tenido un papel destacado.